jueves, 11 de octubre de 2012

SOMOS entrevista a Fernando Villarán - 6 oct 2012




“Nadie asegura que aquí no habrá crisis”

Fernando Villarán
Economista y Ex Ministro de Trabajo
Revista Somos. Lima, sábado 6 de octubre de 2012, pp. 26-7.

Entrevista: Melissa García M.
Foto: Sebastián Castañeda

Conocer detalles de las crisis que azotaron Europa y Estados Unidos en los últimos años no es solo cosa de economistas. El ex ministro de Trabajo y Promoción del Empleo Fernando Villarán se basa en la responsabilidad que todos tenemos de evitar que el país caiga en un conflicto similar para explicar lo que está sucediendo en el mundo, su relación con el Perú y nuestro papel en medio de todo ello. Su nuevo libro, LA PICADURA DEL ESCORPIÓN, ofrece una lectura entretenida, optimista, pero muy real.

¿Cuál sería, a su parecer, la consecuencia más grave de la crisis?
Sin duda, el desempleo. En España hay un 25% de desempleados y, más grave aún, el 50% de los jóvenes carece de un trabajo. El impacto social es tremendo. La gran pregunta que todos deberíamos hacernos en el país es: ¿alguien puede asegurarnos que esto no sucederá? No, en absoluto.


¿Aún cuando nuestra economía, al menos a niveles macro, continúe creciendo?
Hoy nos está salvando la demanda interna (el sector construcción, el comercio, los servicios), pero si la demanda externa baja mucho, puede ser un problema. Al final, la economía peruana está –para bien o para mal- muy integrada al mundo, así que lo que pase allí nos va a afectar. Esto también ocurrió en el 2008 y en el 2009, cuando el Producto Bruto Interno (PBI) mundial cayó cerca del 6%. En el Perú, en el 2008 crecimos casi 10%, y en el 2009 solo 1%. Hoy estamos a 6%, si caemos nuevamente así, estaremos en -3%, lo que es una recesión pura y dura.

¿Por qué deberíamos detenernos a comprender estos temas?
Porque hasta hora todos nos movemos bajo esa ideología neoliberal que en resumen dice: ‘sigue tu propio interés y llegarás al bienestar general, guiado por la mano invisible del mercado’. Pero, me parece que sería un error continuar con esto al pie de la letra. Este es el momento de parar y, aún pensando en tu propio interés, preocuparte por lo que pasa alrededor.

¿Qué podemos hacer nosotros, ciudadanos de a pie, para evitar estos escenarios de crisis en el país?
Yo creo que los jóvenes, por ejemplo, tienen el poder de decidir que estudiar para producir bienes, tecnología, fuentes de energía renovables, etc. Deben enfocar sus carreras según las posibilidades reales del país y del mundo. Por otro lado, hay más de una forma de controlar el poder excesivo de las corporaciones: a través del Estado con su regulación, pero también a través de la responsabilidad social empresarial. Esto les compete a los ciudadanos de a pie. Ellos deberían elegir llevar su dinero a las empresas responsables. Esto ya está pasando: cuando salió a la luz que una gran empresa trabajaba con fábricas donde explotaban gente, hubo campañas para dejar de comprarle.

En su libro, propone una teoría de crecimiento ‘de abajo hacia arriba’, donde el sector productivo debería ser la base. ¿Qué papel juega la pequeña empresa?
Es uno de los sectores claves, porque genera empleo. Y ya lo tenemos, pero con muy bajos ingresos e informal. Si los ayudamos a formalizarse, a tener más conocimientos y tecnología, vamos a tener más trabajo y una mejor situación social.

Si en Europa el llamado ‘Estado de Bienestar’ fue uno de los principales problemas en la crisis, ¿podemos confiar aquí en un desarrollo basado en programas sociales? 
No se puede apostar a que vas a resolver los problemas de la gente con programas sociales. No es razonable y ni siquiera es justo, porque creas expectativas en las personas. Esto es lo que sucedió en Grecia y ahora están quebrados. Esto no quiere decir que no puedas o debas atender a grupos vulnerables, pero el problema de los pobres se resuelve con empleo de calidad e ingresos.

¿Cree que el Estado se ha desatendido de este tema?
En realidad, nos hacemos los locos. El problema acá no es el desempleo, es el subempleo. 70% de la Población Económicamente Activa (PEA) es subempleada. El Estado debería tomar cartas en el asunto, y no empleando en la administración pública, sino ayudando a la gente donde está.

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